domingo, 5 de febrero de 2017

El rescate de la tradición ya centenaria

El rescate de la tradición ya centenaria, el respeto y defensa de la diversidad multicultural y la promoción de los derechos.



En la Argentina, las migraciones internacionales han formado una parte constitutiva de los proyectos políticos del estado, aun cuando fueron utilizados por estos, en contra de los mismos inmigrantes.
En nuestra historia como país, bajo la Ley de Residencia de 1902, la legislación estigmatizó y señalo a la inmigración bajo la idea de distinguir entre el “buen extranjero” y el “extranjero indeseable”.
En este sentido con la propuesta de materia de políticas migratorias de Argentina, en una suerte de aval al el pedido de sectores de la derecha mas reaccionaria y los medios de comunicación, respecto del rechazo a los extranjeros con antecedentes penales y o delitos vinculados al narcotráfico .
Estamos entonces en el umbral de consolidarse con este DNU y aprobarse esta modificación, en camino a certificar medidas que podrían ser motivo de extradición las protestas por mejoras laborales y demandas sociales como la vivienda. Todos podemos ver como se estigmatiza y vincula al inmigrante con la delincuencia, el narcotráfico y el terrorismo. Esto no sería ni menos o más que reeditar así la Ley de Residencia que a principios del siglo XX expulsaba a los inmigrantes anarquistas y socialistas que organizaban huelgas los dividiria entre inmigrantes deseables e indeseables.
Todas estas medidas son al compás de las últimas medidas del gobierno estadounidense, las mas xenófobas y reaccionarias que se tiene memoria muchos países de la región americana han endurecido sus medidas migratorias como si se tratara de un acto reflejo.
Dentro de las propuestas que circulan en nuestro país, se intentan sacar del archivo del olvido medidas y recetas oscuras y tristes como la denominada ley de fronteras de la dictadura de argentina, la instrumentación de fueros especiales para inmigrantes que faciliten su deportación, el funcionamiento de una policía migratoria, la militarización de los pasos fronterizos, creación de espacios de detención, la profundizacion de las modificación al código penal que ya fue realizada, todo muy bien complementado por discursos oficiales donde el eje de la mirada de sospecha recae sobre en inmigrante, criminalizándolo.
Esto representa un pasaje a las épocas mas oscura de las dictaduras latinoamericanas de Videla en la Argentina y sus pares de Bolvia, Perú, , Chile, Brasil, donde el inmigrante fue objeto de las persecuciones más lacerantes y oprobiosas.
Desde Argentina, la misma dirección de migraciones en aquella época, los migrantes eran objeto bajo sospecha, persecución y en muchos casos deportados por la simple condición. Como si la política migratoria en cuestión tuviese como objetivo primordial estar sobre la vida misma de esas corrientes migratoria en su mayoría proveniente de los países limítrofes. Esta fluyeron con contingentes de paraguayos, bolivianos, peruanos, fue secundada por otra importante de colombianos, brasileños y dominicanos.
Recordemos que a fines del siglo XIX, la necesidad de trabajadores para la expansión económica de la Argentina fundamentó una política abierta hacia la migración extranjera. Pero hacia principios del siglo XX, los obreros extranjeros, que comenzaban a organizarse, ya no aparecían como “honestos hombres de trabajo” sino como sospechosos de atentar contra la seguridad nacional y portadores de ideologías foráneas. La sanción de la Ley de Residencia en 1902 permitió la expulsión de estos extranjeros “indeseables”.
A partir de aquí, la instrumentación de la denominada política de ilegalización de la inmigración, con la quita de derechos, signó las sucesivas legislaciones en esta materia, inclusive durante el peronismo. El mismo Ongania prohibió el trabajo de inmigrantes ilegales y temporarios, mientras que Illia habilitó la expulsión de extranjeros, inclusive los legales, en caso de que afectaran la seguridad nacional o el orden público. La dictadura militar quitó todo derecho civil y social a los inmigrantes ilegales. Con la vuelta de la democracia, se restringió la inmigración y la mayoría de los inmigrantes cayó en la ilegalidad.
Ochenta años después en 1981, en plena dictadura encabezada por Videla, se estableció la Ley General de Migración y Fomento de la Inmigración, que apuntó a garantizar la llegada de aquellas personas “cuyas características culturales permitan su adecuada integración”; además, se prohibió a todo extranjero ilegal desarrollar tareas remuneradas y se les impidió a quienes no tenían documentos acceder a los servicios de salud y educación.
Más tarde en pleno proceso democrático ,en 1984, el gobierno radical estableció una amnistía general que habilitó la radicación definitiva a todos las personas que no tenían documentación. Sin embargo, al poco tiempo, con el argumento de la gravedad de la crisis socio económica, la Dirección Nacional de Migraciones repuso una política restrictiva.
Llegamos a una instancia donde el gobierno de argentina, tergiversa de tal modo la realidad a través de su estrecho vinculo con los medios de comunicación , donde reflejan y equiparan a los inmigrantes como terroristas, delincuentes y narcotraficantes.
Ya durante el año pasado ya se realizo la reforma del Código Procesal Penal en materia de políticas migratorias, con la consiguiente devaluación de los derechos.
El subterfugio llega al extremo de exponer estadísticas oficiales manipuladas. Las restricciones históricas a la inmigración no detuvieron el ingreso de trabajadores al país, en especial de países limítrofes, que a causa de las graves crisis económico sociales de las últimas décadas en esos países que no tuvieron politicas adecuadas de contención social. Pero al estar ilegalizados, estos obreros se vieron obligados a tomar trabajos en condiciones igual de ilegales y esto lo vemos reflejados en la industria, los talleres textiles, el servicio doméstico, la construcción etc.
Así de esta forma estamos en la paradoja que de aprobarse la reforma de la ley migratoria , podemos ir en camini a la quita de mas derechos y estar expuestos a ser expulsados del país por realizar una simple medida de fuerza, bajo la figura de daños o de interrupción de servicios. Con la crisis económica se busca disciplinarlos, y expulsarlos si no aceptan peores condiciones de trabajo y de vida.
El rescate de la tradición ya centenaria, el respeto y defensa de la diversidad multicultural, la promoción de los derechos de nuestros inmigrantes y la búsqueda permanente de espacios de inclusión son parte de nuestro trabajo como sociedad.

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